lunes, diciembre 01, 2008

UN ARTÍCULO MUY INTERESANTE PARA LOS FISIOTERAPEUTAS

Nosotros hemos expresado con nitidez nuestra opinión sobre la práctica de la Osteopatía en España. Más allá de lo opinable están los hechos. En este artículo se manifiesta, una vez más la realidad que se pretende esquivar a la hora de proponer cursos y otro tipo de formación en este campo.

En esta bitácora ya tratamos el tema de la Osteopatía, su relación con la Fisioterapia y el marco legal que ampara su práctica. Lo hicimos en una ocasión y retomamos el tema ante algunos comentarios de respuesta. Como presumíamos, la mayoría de esos comentarios y los leídos en otros foros adolecen de una falta de información en los que, con presumible buena voluntad, tratan de ejercer y aprender en este campo y en otras formas de terapia mal llamadas alternativas. La realidad legal es la que es. Entre otras cosas nuestras leyes, las de ámbito nacional, no reconocen la Osteopatía como profesión sanitaria (ni la Naturopatía, la Quiropraxia, la Acupuntura, la Homeopatía, etc., etc. ). Eso no significa una dejadez ni un desprestigio. Simplemente que todas esas formas de terapia sólo pueden ser ejercidas (de forma legal) por los profesionales sanitarios, según su cualificación y competencias. No se trata de un capricho ni de un afán proteccionista o corporativo, sino de una manera de proteger la salud pública. Acaso no nos hemos escandalizado cuando se ha descubierto algún médico que ejercía en una especialidad en la que no estaba titulado. Podría haberlo hecho durante años y, aparentemente, con resultados. En nuestras ciudades y pueblos hay muchos terapeutas que carecen de titulación oficial, que ejercen al amparo de títulos otorgados por supuestos centros universitarios (no habilitados para esa formación) y hasta por academias varias. Un simil puede valer. El mejor piloto de fórmula 1 menor de edad no podría conducir hasta los dieciocho años. Es preceptivo pasar el correspondiente curso oficial. Esa es la garantía en una sociedad como la nuestra. La alternativa: pretender que cualquier centro de formación forme a cualquiera con la voluntad de curar. Todo queda legalmente argumentado en el mensaje David Saorín en su bitácora.

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