lunes, julio 21, 2014

Listas de espera y Fisioterapia

La lista de espera en el ámbito sanitario puede definirse por la enumeración de los usuarios de un servicio de salud que han de recibir una atención de naturaleza diagnóstica o terapéutica. La prestación de la atención ha sido considerada necesaria o pertinente en el marco de la asistencia sanitaria pero no se puede aplicar de manera inmediata. Entonces, según unos criterios preestablecidos, se elabora esa relación que dispone el orden en el que los usuarios serán atendidos.
Se considera que debe haber un “tiempo máximo de acceso” a las prestaciones, según establece el Real Decreto 1039/2011 (1), que viene a desarrollar las previsiones dela Ley 16/2003 (2), de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema  Nacional de Salud. Estas disposiciones hacen alusión sobre todo a procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, las listas de espera están presentes muy habitualmente en procedimientos diagnósticos, de cribado o de tratamientos varios. Y también, enla Sanidad Pública, en la prestación de la Fisioterapia, tanto en la Atención Primaria como Especializada.
Nuestro medio es la asistencia hospitalaria, con itinerarios de acceso a la fisioterapia instaurados desde hace décadas, en época del INSALUD,  e imitados, creemos, por los servicios de salud nacidos de las transferencias a las autonomías de esta competencia. Nuestros usuarios, antes de llegar a las Unidades de Fisioterapia, han permanecido un tiempo variable en una lista de espera. La situación en la que arriban está condicionada, muchas veces de manera sustancial, por la demora, cuando existe, con la que son atendidos respecto al inicio de su proceso. El resultado del tratamiento también puede verse afectado, más o menos, por esta circunstancia. Por tanto, cuestiones administrativas, estructurales, organizativas, ajenas a cuestiones clínicas condicionan la asistencia y su resultado. Es este un asunto encuadrado en la Gestión. Entonces, nos podemos preguntar, ¿qué podemos hacer desde nuestro puesto de clínicos?, ¿es algo  que nos atañe o es un problema de otros?
No podemos eludir nuestra faceta de gestión. Es una competencia expresamente recogida entre las que debe desarrollar el graduado en Fisioterapia (3). Abarca muchas de las cosas que hacemos a diario (uso de los recursos materiales, distribución de nuestra agenda, planificación  y control de unidades, recogida de datos estadísticos, por citar algunas). Entonces, como partícipes del proceso asistencial podemos y debemos gestionar el mismo, en aras de un resultado mejor. En relación con la lista de espera esto se puede traducir en distintas  formas de abordar su administración. Tal y como dijimos más arriba,  el acceso y el cese para asistencia a la fisioterapia en la sanidad pública especializada viene marcado por la falta de control de los mismos por parte del fisioterapeuta. Cabe decir que de existir lista de espera no se puede imputar a una forma de gestión de la misma en la que éste participe. Incluso, desde un perspectiva psicológica, el profesional tenderá a hacer una atribución causal externa cuando se le exponga o reproche que el usuario debe esperar para recibir sus tratamientos. ¿Debemos entonces “lavarnos las manos”, desvincularnos de la causalidad y de la solución del problema?
El sistema sanitario, y sus profesionales, deben procurar la atención sanitaria mediante una gestión eficaz y eficiente en términos de costes. Los fisioterapeutas también. Por eso debe haber iniciativas institucionales y personales para solventar o diminuir las listas de espera. Hemos escuchado repetidas ocasiones que la solución pasa por incrementar plantillas (4-5). En ocasiones esto puede solucionar, al menos parcialmente, el problema. Pero, en nuestra opinión, suele ser una medida de limitada eficacia. Creemos que hay factores determinantes que condicionan más la persistencia del problema. Este está asociado más a la falta de fluidez en la prestación, debida a el desequilibrio entre entradas y salidas en las unidades. Es decir, para aminorar la cuantía de pacientes en espera debe facilitarse la salida de los que están en fisioterapia. Evidentemente con criterios clínicos como determinantes. Esto, que parecería obvio, ha de resaltarse porque en multitud de casos no es así. Muchos fisioterapeutas que estén leyendo estas líneas lo reconocerán. En pocas palabras, mientras haya pacientes que sean derivados a fisioterapia y no haya criterios para la baja en el tratamiento (consecución de objetivos, estabilización, pertinencia o no de fisioterapia, posibilidad de alta con supervisión puntual, posibilidad de alta con unas pautas y/o aprendizajes, etc.), cualquier intento de aumentar la oferta de servicio conllevará un aumento paralelo de la lista de espera.
El fisioterapeuta, tal y como está organizado el acceso a fisioterapia en la Atención Especializada pública, no tiene muchas posibilidades de desplegar sus competencias teóricas que contribuyan a una gestión más eficiente y a la disminución de las listas de espera. Mientras esto se cambia, algún día, podemos proponer algunas medidas, que ya han sido ensayadas en el pasado en algunos centros como el nuestro, el Hospital Universitario de Fuenlabrada. Los procesos de curso predecible o prevalentes que requieren hospitalización (EPOC, bronquiolitis, complicaciones respiratorias o/y ortopédicas en UCI, sustituciones articulares, etc.) pueden ser objeto de derivación directa  al fisioterapeuta, dando así verdadero sentido a la fisioterapia y contribuyendo a un manejo precoz que mejore el curso o disminuya los tiempos. En los tratamientos ambulatorios parece razonable que el fisioterapeuta decida sobre la continuidad o cese de los mismo en base a criterios objetivos. Los retrasos en consultas de revisión y renovaciones de fisioterapia con el juicio discrecional de un profesional que no conoce la cotidianidad de los casos pueden ser, creemos, algunas de las causas más notorias que repercuten en el aumento de las listas de espera.
No es raro recibir pacientes que llevan tres, cuatro o cinco meses en espera de recibir fisioterapia.  Esto es angustioso para el paciente, pero también para el fisioterapeuta. Más cuando intuimos que hay soluciones en las que seríamos parte, más que la simple contratación de personal o el aumento de la presión asistencial. A nivel particular podemos intervenir proponiendo bajas en el tratamiento para facilitar la entrada de otro usuarios. Sin embargo, para un afrontamiento efectivo debe haber cambios que faciliten una gestión más ágil, eficiente y provechosa para la comunidad a la que servimos
Referencias
1. Real Decreto 1039/2011, de 15 de julio, por el que se establecen los criterios marco para garantizar un tiempo máximo de acceso a las prestaciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud. Acceso en https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2011-14190.
2. Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud. Acceso en https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2003-10715.
3. ORDEN CIN/2135/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Fisioterapeuta. Acceso en https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2008-12389.
4. UGT dice mil personas, en lista de espera de fisioterapia en Vall d’Hebron. En La Vanguardia.com, 17 de marzo de 2014. Acceso 20 de marzo de 2014 en http://www.lavanguardia.com/vida/20140312/54403023197/ugt-dice-mil-personas-en-lista-de-espera-de-fisioterapia-en-vall-d-hebron.html
5.  La lista de espera para fisioterapia en el Centro de Salud Águilas Norte, bate récord de demora con 120 días de media para atender a los pacientes. En murcia.com, 4 de diciembre de 2013.  Acceso 20 de marzo de 2014 en  http://www.murcia.com/aguilas/noticias/2013/12/04-la-lista-de-espera-para-fisioterapia-en-el-centro-de-salud-aguilas-norte-bate-record-de-demora-con-120-dias-de-media.asp