La lista de espera en el ámbito sanitario puede definirse
por la enumeración de los usuarios de un servicio de salud que han de recibir
una atención de naturaleza diagnóstica o terapéutica. La prestación de la
atención ha sido considerada necesaria o pertinente en el marco de la
asistencia sanitaria pero no se puede aplicar de manera inmediata. Entonces,
según unos criterios preestablecidos, se elabora esa relación que dispone el
orden en el que los usuarios serán atendidos.
Se considera que debe haber un “tiempo máximo de acceso” a
las prestaciones, según establece el Real Decreto 1039/2011 (1), que viene a
desarrollar las previsiones dela Ley 16/2003 (2), de 28 de mayo, de cohesión y
calidad del Sistema Nacional de Salud.
Estas disposiciones hacen alusión sobre todo a procedimientos quirúrgicos. Sin
embargo, las listas de espera están presentes muy habitualmente en
procedimientos diagnósticos, de cribado o de tratamientos varios. Y también,
enla Sanidad Pública, en la prestación de la Fisioterapia , tanto
en la Atención
Primaria como Especializada.
Nuestro medio es la asistencia hospitalaria, con itinerarios
de acceso a la fisioterapia instaurados desde hace décadas, en época del
INSALUD, e imitados, creemos, por los
servicios de salud nacidos de las transferencias a las autonomías de esta
competencia. Nuestros usuarios, antes de llegar a las Unidades de Fisioterapia,
han permanecido un tiempo variable en una lista de espera. La situación en la
que arriban está condicionada, muchas veces de manera sustancial, por la
demora, cuando existe, con la que son atendidos respecto al inicio de su
proceso. El resultado del tratamiento también puede verse afectado, más o
menos, por esta circunstancia. Por tanto, cuestiones administrativas,
estructurales, organizativas, ajenas a cuestiones clínicas condicionan la
asistencia y su resultado. Es este un asunto encuadrado en la Gestión. Entonces ,
nos podemos preguntar, ¿qué podemos hacer desde nuestro puesto de clínicos?,
¿es algo que nos atañe o es un problema
de otros?
No podemos eludir nuestra faceta de gestión. Es una
competencia expresamente recogida entre las que debe desarrollar el graduado en
Fisioterapia (3). Abarca muchas de las cosas que hacemos a diario (uso de los
recursos materiales, distribución de nuestra agenda, planificación y control de unidades, recogida de datos
estadísticos, por citar algunas). Entonces, como partícipes del proceso
asistencial podemos y debemos gestionar el mismo, en aras de un resultado
mejor. En relación con la lista de espera esto se puede traducir en
distintas formas de abordar su
administración. Tal y como dijimos más arriba,
el acceso y el cese para asistencia a la fisioterapia en la sanidad
pública especializada viene marcado por la falta de control de los mismos por
parte del fisioterapeuta. Cabe decir que de existir lista de espera no se puede
imputar a una forma de gestión de la misma en la que éste participe. Incluso,
desde un perspectiva psicológica, el profesional tenderá a hacer una atribución
causal externa cuando se le exponga o reproche que el usuario debe esperar para
recibir sus tratamientos. ¿Debemos entonces “lavarnos las manos”,
desvincularnos de la causalidad y de la solución del problema?
El sistema sanitario, y sus profesionales, deben procurar la
atención sanitaria mediante una gestión eficaz y eficiente en términos de
costes. Los fisioterapeutas también. Por eso debe haber iniciativas
institucionales y personales para solventar o diminuir las listas de espera.
Hemos escuchado repetidas ocasiones que la solución pasa por incrementar
plantillas (4-5). En ocasiones esto puede solucionar, al menos parcialmente, el
problema. Pero, en nuestra opinión, suele ser una medida de limitada eficacia.
Creemos que hay factores determinantes que condicionan más la persistencia del
problema. Este está asociado más a la falta de fluidez en la prestación, debida
a el desequilibrio entre entradas y salidas en las unidades. Es decir, para
aminorar la cuantía de pacientes en espera debe facilitarse la salida de los
que están en fisioterapia. Evidentemente con criterios clínicos como
determinantes. Esto, que parecería obvio, ha de resaltarse porque en multitud
de casos no es así. Muchos fisioterapeutas que estén leyendo estas líneas lo
reconocerán. En pocas palabras, mientras haya pacientes que sean derivados a
fisioterapia y no haya criterios para la baja en el tratamiento (consecución de
objetivos, estabilización, pertinencia o no de fisioterapia, posibilidad de
alta con supervisión puntual, posibilidad de alta con unas pautas y/o
aprendizajes, etc.), cualquier intento de aumentar la oferta de servicio conllevará
un aumento paralelo de la lista de espera.
El fisioterapeuta, tal y como está organizado el acceso a
fisioterapia en la
Atención Especializada pública, no tiene muchas posibilidades
de desplegar sus competencias teóricas que contribuyan a una gestión más
eficiente y a la disminución de las listas de espera. Mientras esto se cambia,
algún día, podemos proponer algunas medidas, que ya han sido ensayadas en el
pasado en algunos centros como el nuestro, el Hospital Universitario de
Fuenlabrada. Los procesos de curso predecible o prevalentes que requieren
hospitalización (EPOC, bronquiolitis, complicaciones respiratorias o/y
ortopédicas en UCI, sustituciones articulares, etc.) pueden ser objeto de
derivación directa al fisioterapeuta,
dando así verdadero sentido a la fisioterapia y contribuyendo a un manejo
precoz que mejore el curso o disminuya los tiempos. En los tratamientos
ambulatorios parece razonable que el fisioterapeuta decida sobre la continuidad
o cese de los mismo en base a criterios objetivos. Los retrasos en consultas de
revisión y renovaciones de fisioterapia con el juicio discrecional de un
profesional que no conoce la cotidianidad de los casos pueden ser, creemos,
algunas de las causas más notorias que repercuten en el aumento de las listas
de espera.
No es raro recibir pacientes que llevan tres, cuatro o cinco
meses en espera de recibir fisioterapia.
Esto es angustioso para el paciente, pero también para el
fisioterapeuta. Más cuando intuimos que hay soluciones en las que seríamos
parte, más que la simple contratación de personal o el aumento de la presión
asistencial. A nivel particular podemos intervenir proponiendo bajas en el
tratamiento para facilitar la entrada de otro usuarios. Sin embargo, para un
afrontamiento efectivo debe haber cambios que faciliten una gestión más ágil,
eficiente y provechosa para la comunidad a la que servimos
Referencias
1. Real Decreto 1039/2011, de 15 de julio, por el que se
establecen los criterios marco para garantizar un tiempo máximo de acceso a las
prestaciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud. Acceso en
https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2011-14190.
2. Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del
Sistema Nacional de Salud. Acceso en https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2003-10715.
3. ORDEN CIN/2135/2008, de 3 de julio, por la que se
establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios
oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Fisioterapeuta.
Acceso en https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2008-12389.
4. UGT dice mil personas, en lista de espera de fisioterapia
en Vall d’Hebron. En La
Vanguardia.com , 17 de marzo de 2014. Acceso 20 de marzo de
2014 en http://www.lavanguardia.com/vida/20140312/54403023197/ugt-dice-mil-personas-en-lista-de-espera-de-fisioterapia-en-vall-d-hebron.html
5. La lista de espera
para fisioterapia en el Centro de Salud Águilas Norte, bate récord de demora
con 120 días de media para atender a los pacientes. En murcia.com, 4 de
diciembre de 2013. Acceso 20 de marzo de
2014 en
http://www.murcia.com/aguilas/noticias/2013/12/04-la-lista-de-espera-para-fisioterapia-en-el-centro-de-salud-aguilas-norte-bate-record-de-demora-con-120-dias-de-media.asp